Recen

si que fue en vano el intento llano de vivir
en el crepuscular de una tarde ensimismada
en un intento de raciocinio ciego, envuelto en las dudas
las mismas que un día le vieron nacer, hoy le verán morir
morirá así sea escrito, un día jueves por la mañana
en una caída libre al torbellino de frías y metálicas aspas
rompiendo el sonido eterno del alba, luego de morir se dará cuenta
de que en un vaso de nutritivo jugo de naranja su existencia se unirá con una mayor
para brindarle a ella toda su vitalidad y conocimiento.

se ha escrito, te espero en mi vaso un jueves por la mañana...

la rareza del mundo de papel

la vida de ella se fue como el suspiro al nacer
contemplo su alrededor, desfalleciendo lentamente
en una cama de rosas alboradas, recubiertas de oro y marfil
llego por fin a su ultima estancia carnal.
los ojos fijos en el cielo, le hicieron sentir la inmensidad del universo
mientras se desintegraba en cada parpadeo, para unirse con el firmamento oseo
de la mente de aquel niño, que sentado bajo un árbol de manzanas, experimento la gravedad de golpe, largo un llanto perdido, que puso fin el abrazo sincero de la única mujer a quien debía su vida.

el descuido

misteriosos aquellos pasos lúgubres de misterio
se acercaron estrepitosa, piadosamente hasta ese cuello tendido en la cama
observo a su alrededor procurando sentir el momento insalubre que le cubría su mente
de pronto su boca comenzó a abrirse y de un momento a otro estaba alrededor de su cuello, sintiendo el calor de aquella sangre que recorría su boca y le hablaba de aquella vida de aquel ardid de juventud que ahora podía saborear sin ningún apuro.
seco con una de sus mangas su boca, miro el cuerpo petrificado en el silencio, ajusto su sombrero, y se escapo por aquella ventana de doble puerta que descuidadamente, aquella joven dejo entre abierta sin saber jamas que esa noche descansaría inconsolablemente en paz.