a mi juventud

con los brazos cansados, impunes del dolor,
no un dolor cualquiera, si no, el mas ávido de impotencia;
me miró y esbozo una sonrisa, sonrisa pura y destellante
limpia y serena. al momento de cerrar esa reja,
entendí como no se puede encerrar a la juventud.
no hay hierro, obstáculo o idea opresora que detenga su paso
que la haga frenar, no duda ante el llamado de un amigo
siempre alerta a toda injusticia, la juventud no llego para irse,
la juventud llego para vivirse!

en lo alto

tuvieron razón, al decir que la estela del amor es una larga constelación en su interior, rodeada de estrellas a punto de explotar y una que otra galaxia por formar.
el explorador universal se detuvo a reflexionar sobre esto, procurando no embargarse de febriles sentimientos añejados.