cianuro

...se apresuro de pronto y sin miedo
como guiado por una fuerza desconocida
rápido alzo la vista ante ella y le tembló la mano
-exacto- exclamo en su mente, la misma mano que tenia aquel misero cuchillo
que a debido dar muerte a cuanto ser imaginas; pero ya no había caso, los pasos estaban dados, las respiraciones exhaladas, los latidos perdidos en medio del aire y su espina dorsal.
este era el momento del zenit de su ser, en este preciso instante ella caía desvanecida por el frío y tétrico acero que reposaba en su vientre. el hambre estaba saciada el temblor había desaparecido, el color le había vuelto, se apresuro a despedirse del cuerpo tibio con una débil sonrisa en sus labios. sacudió su chaqueta, miro sus zapatos los limpio hasta verse reflejado en ese charol testigo de mil noches silenciosas, y tan rápido como llego desapareció entre la pesadez de ese aire nocturno y el ruido de las carretas pasando a lo lejos.

aglomeración mental

ahí estaba él mirándose frente a frente
anonadado como de costumbre con la expresividad de un pincel
o con lo dramático y fuerte que puede ser un trazo en medio de una hoja en blanco.
dos gotas calleron repentinamente en el lienzo, una mirada zigzagueante recorrió
de principio a fin aquel desierto de fibras, se topo abruptamente con dos gotas asesinadas por la gravedad, tomo asi entonces el pincel entre sus dedos, un poco de pigmento color azul infinito, dio forma a un mar delirante de dulces e ingenuas palabras cálidas y mordaces.
-no entiendo aun como es posible que el artista, sea tal, sin ni siquiera poder jactarse de eso-

tomate el tiempo

-hola, holaa, de verdad hay alguien aquí?-
-donde estas, no te veo, responde...
el ruido de la oscuridad no es agradable para mi
rápido una luz, una luz...
siento los pasos de un soñador asesino, me da miedo lo que pueda pasar,
la escena es un tanto descabellada, como tener los pies en el techo o la cabeza en el estomago...
creo que ya no siento mis manos ni pies, siento un frío embargar mi ser
los parpados se mueren por caer en su abismo,estos ojos no son los de antes no veo nada nítido, ni creo en la necesidad de tener que verlo...
arggghh
rápido centella boreal atravesando mi pecho, hiciste la condena abrupta, me simplificas el sentir, acero inexpugnable te hundiste en un reticente vals mortífero, sin darme el tiempo si quiera para poder sonreír, sin darme el tiempo si quiera para vivir...

le dije mujer tómalo con calma...

F.E.V.C.

permiteme indagar en la huella perdida de tu andar
soy un investigador onírico que navego y busco entre los recuerdos
dependiendo del servicio las consecuencias pueden o no ser melancólicas
normalmente les digo a mis clientes que solo se dejen llevar
si a usted le tomara cierta dificultad unas gotitas de infusión cósmica
de seguro le dará tranquilidad y podrá dormir,
al terminar no es necesario que se despida solo sonría y recuerde que yo no hice nada
solo cree la ilusión, en usted esta el volver a empezar.

F.E.V.C.
(fronteras entre la vista y la conciencia)

Adoquinó

el barro en las zapatillas rotas
los pies sucios y secos
las melodías risueñas y tenues,
el sudor descendiendo lenta y súbitamente
recorriendo sus facciones, ensimismándose de él
palermo, aquella calle de los triunfos y derrotas.
la mayor de las gratificaciones era ese recorrido heroico
a un lado del adoquinó, para poder dar fin a una excelente tarde de pelota.

Nadando en las nubes

definitivamente el misterio de su cara embelesada no era cualquiera,
en ella se podía leer sobre la vida y la muerte
así como se leen estas lineas en el aire;
así también como corre el rió, corre la sangre en esas venas cual pasadizo secreto de ultratumba.
confieso que un día me perdí en extraños umbrales cristalinos de risas...

el dolor de ícaro

con un sorbo de fría soledad lo despidió
amargura amarrada a la piel escarchada por ecos pasados
levanto la cabeza en busca del sol, sol que se oscureció de pasión
alzo los brazos como queriendo abrazarlo
mas se quemo y el cariño no pudo aliviarle, no pudo salvarle la vida
pues lo que ardió en llamas esa tarde de otoño fue su corazón!

soledad ardiendo

tragicamente se veía enmarañado en pensamientos lúgubres sobre el amor y la educación,

terribles rumores fríos le hacían sentir que estaba vivo.

sonó la puerta estridentemente, una risa rompió en el vació, mas no era de él,

provenía de su futura imagen de ese pequeño crio, con aires de grandeza y curiosidad por descubrirlo todo.

Hijo le dijo él, mas si pudiera sacarte de este mundo e inventarte otro lo haría, pero como los medios carnales no me lo permiten, me conformo con haber enseñado a quererte...

no lo sé

vigilaba el norte tardío como mirando el amor, recordó aquel trozo de historia

que le relataba las aventuras preciosas, cargadas de celeridad y elocuencia.

se miro y pensó en volar, acerco un pie al abismo, y se dejo llevar por las corrientes...

hermoso el plumaje de aquel curioso zorzal, que ahora duerme en mi bolsillo, que de ves en cuando

se asoma y da una vuelta espacial!