en la inmutabilidad del espacio eterno
apoyó su cabeza, cerro los ojos y durmió
soñó con un mundo perfecto,-a su manera;
donde se hacia llover con solo pensarlo, donde siempre se podía ver caer una hoja
o encontrar una sonoramente crujiente en el suelo, indudablemente un amante otoñal,
en su corazón yacía la escarcha de media noche,custodiada por la verdad de la luna llena.
el sonido de la puerta interrumpió su sueño, pasos perdidos llegaron hasta el, quien se vio ahogado en la hermosura de sus brazos tibios y cálidos, resueltos y esbeltos.
como no sentir algo tan humanamente hermoso como el error.
le sonrió de forma pacifica, lentamente le dejo un -Gracias- en los labios.
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