jueves, 31 de marzo de 2011

cianuro

...se apresuro de pronto y sin miedo
como guiado por una fuerza desconocida
rápido alzo la vista ante ella y le tembló la mano
-exacto- exclamo en su mente, la misma mano que tenia aquel misero cuchillo
que a debido dar muerte a cuanto ser imaginas; pero ya no había caso, los pasos estaban dados, las respiraciones exhaladas, los latidos perdidos en medio del aire y su espina dorsal.
este era el momento del zenit de su ser, en este preciso instante ella caía desvanecida por el frío y tétrico acero que reposaba en su vientre. el hambre estaba saciada el temblor había desaparecido, el color le había vuelto, se apresuro a despedirse del cuerpo tibio con una débil sonrisa en sus labios. sacudió su chaqueta, miro sus zapatos los limpio hasta verse reflejado en ese charol testigo de mil noches silenciosas, y tan rápido como llego desapareció entre la pesadez de ese aire nocturno y el ruido de las carretas pasando a lo lejos.

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