martes, 22 de marzo de 2011

Adoquinó

el barro en las zapatillas rotas
los pies sucios y secos
las melodías risueñas y tenues,
el sudor descendiendo lenta y súbitamente
recorriendo sus facciones, ensimismándose de él
palermo, aquella calle de los triunfos y derrotas.
la mayor de las gratificaciones era ese recorrido heroico
a un lado del adoquinó, para poder dar fin a una excelente tarde de pelota.

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